Hoy en día, con cada vez más dispositivos conectados, se hace necesario contar con conexiones a Internet de alta velocidad y permanentes. Un futuro que haga de nuestras vidas más seguras y saludables depende de ello. Desde la inteligencia artificial y los carros autónomos hasta la telemedicina y la realidad virtual.
Ante la avalancha de videos en streaming y cada vez más aparatos conectados al internet de las cosas, la industria de la telefonía móvil ha introducido algo llamado 5G, así llamado porque es la quinta generación de tecnología de redes inalámbricas.
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¿Qué ventajas tiene el 5G?
La promesa es que el 5G aportará a tu teléfono velocidades de unos 10 gigabits por segundo. Eso es cerca de 600 veces más rápido que las velocidades típicas de 4G en los teléfonos móviles actuales y lo suficientemente rápido como para descargar una película de alta definición 4K en 25 segundos, o para transmitir varias al mismo tiempo según explicó la revista Wired en 2019, justo en el año de su lanzamiento.
Hay algunas victorias importantes en materia de seguridad en el 5G. Algunas están relacionadas con las funciones de anti-seguimiento y suplantación de identidad según la empresa noruega de análisis tecnológico SINTEF Digital (https://www.sintef.no/en/digital/):
- Encripta más datos. Lo que significa que menos vuelan en el aire evadiendo ser interceptados.
- Al ser un sistema más basado en el software y la nube, a diferencia de las 3,5G y 4,5G, supervisará mejores posibles amenazas.
- Fragmenta la web. Es decir segmenta el sistema en numerosas redes virtuales que pueden gestionarse y personalizarse por separado. Esto significa que las diferentes “porciones” podrían tener diferentes protecciones a la medida de tipos específicos de dispositivos.
¿En qué se diferencia con otras redes de telecomunicaciones como las 3,5G y 4,5G?
Construidas a finales de los años 70 y 80, la primera generación de redes inalámbricas móviles era analógica. Las voces se transmitían por las ondas de radio sin cifrar y cualquiera podía escuchar las conversaciones con componentes de uso corriente. Ya en la década de los noventa, la 2G permitió el roaming y era digital, lo que significa que se podrían cifrar las llamadas, hacer un uso más eficiente del espectro inalámbrico y ofrecer transferencias de datos a la par que el Internet de marcación.
La tercera generación, cerca del año 2000, dio a las redes digitales un impulso de ancho de banda y marcó el comienzo de la revolución de los teléfonos inteligentes; ofrecía Internet móvil de verdad.
Con portadoras para más velocidad, la 4,5G trajo diferentes mejoras. Hoy las redes 5G, en masivo funcionamiento desde 2020, le aporta a las conexiones masivas y de gran velocidad.
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¿Recuerda las velocidades a las que navegaba en wifi hace unos años? Bueno, esto es similar a lo que está sucediendo con las redes móviles 5G.
El 5G nos va a conectar con todo lo que nos rodea. Aún no es una realidad para muchos, pero ciertamente es la realidad del futuro.
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